Hoy 22 de
marzo celebramos el Día Mundial del Agua que, para este año, se enfatiza en la
importancia del manejo de las aguas residuales: “Las aguas residuales, el
recurso desaprovechado (UNESCO)”, dado que la mayoría de las actividades
humanas producen aguas residuales que son vertidas en su mayoría sin hacerles
tratamiento previo, o con deficientes tratamientos de descontaminación.
Cada paso que damos en nuestras diferentes actividades
busca su propio fin, un beneficio individual. Vamos dejando huellas
aparentemente invisibles pero degenerativas en el tiempo, tanto que hoy en día
nuestro planeta está en urgencias médicas sin un diagnóstico claro, pero
ciertamente en estado crítico. El agua
que corre por todos nuestros acuíferos pareciera que buscara incesantemente una
salida a su destino final, ríos contaminados por industrias, fuentes hídricas
extintas debido a la tala indiscriminada de bosques, cuerpos acuosos ricos en
plástico, metales, desechos orgánicos y residuos peligrosos hacen que se sienta
más el cambio climático irreversible que augura la autodestrucción de nuestro
planeta.
Debemos
generar o mejorar los procesos para reducir y reutilizar las aguas residuales, “maximizar
la calidad del agua, reducir la contaminación, eliminar los vertidos y
minimizar la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reducir
a la mitad el porcentaje de aguas residuales no tratadas y aumentar
sustancialmente el reciclaje y la reutilización segura del agua”, son los
objetivos de desarrollo sostenible (SDG) y deberían ser los objetivos ambientales
de cada comunidad, la industria y las instituciones.
Sandra
Liliana Caicedo A.P.T. Control Ambiental.